MARÍA, REINA DE LA PAZ (DÍA 11)

 

MARÍA REINA DE LA PAZ. - ENTRADA DE JESÚS A JERUSALÉN

MARÍA, REINA DE LA PAZ

La paz es una persona, es Jesucristo. María es promotora de paz pues ella nos ha dado al que nos ha reconciliado con el Padre y nos conduce a reconciliarnos con el hermano y porque nos mueve a ser constructores de paz en nuestra sociedad. Queremos aprender de ella a ser una Iglesia comprometida con la paz, que favorezca el diálogo y el sentido comunitario en nuestras comunidades.

 

REFLEXIÓN

Por: Pbro. Jonathan Emmanuel Maldonado Barrera

“Yo haré correr hacia ella, como un río, la paz”. Un pueblo que vive en paz, así es la aspiración del pueblo de Israel desde el comienzo de su peregrinar. De tal modo que las diferentes experiencias de guerra y destrucción hacen que el Pueblo clame a Dios para que les conceda nuevamente vivir en paz. Nótese cómo la nueva Jerusalén que anuncia el profeta Isaías es una ciudad que respira paz y prosperidad, antítesis de la ciudad antigua, que tenía como características fundamentales ser centro de injusticia y corrupción. Es misión pues del Pueblo conservar todo lo necesario para que esa misma paz no se pierda. De tal modo que, si el pueblo de Israel sabe reconocerse como pecador y débil, será capaz nuevamente de sentir la presencia de su Señor, la paz verdadera en Jerusalén. "Ierushalaim" (ירושלים = Ciudad de la Paz).

El experimentar la paz es una de las características de aquellos que aceptan la presencia de Dios en su vida. La paz que hace posible que los demás propósitos que una persona se pueda proyectar, sean suficientemente firmes y seguros por la presencia de Dios en él. Una persona, casa, grupo o parroquia que no siente la presencia de la paz dentro de su interior, podría cuestionarse en si la forma en la que se ha ido desarrollando su crecimiento, ha hecho en ocasiones considerar necesaria la presencia de la paz y la armonía, elemento fundamental de la gracia de Dios.

Tal es el caso de la Virgen María desde el inicio de su Misión de ser la portadora de la Salvación: “El Señor está contigo” (Lc 1, 28) será la primera vez en la que se manifiesta claramente que María es portadora de la Paz. María es Reina de la paz, puesto que todo lo que hace en su vida se ve reflejada e impregnada por la paz que habitó y sigue habitando en ella. A lo largo de todo su caminar junto a Jesús, manifiesta esa misma paz que rige sus acciones y la mantienen firme ante las alegrías y penas que ha de tener por llevar esa espada que poco a poco va atravesando su alma. La peregrinación ética y cristiana queda para el final: cualquiera que se ha acercado y aceptado a Dios ya no puede continuar siendo igual. El Señor concede el favor, la gloria y la paz a los “de conducta intachable”. Quien sabe reconocer los errores que a lo largo de su vida ha cometido, pero que a su vez descubre la necesidad de tener a Dios en él, se hace capaz a que, como María, habite en él la paz. El propósito será pues considerar como elemento primordial el hacer lo mismo que el pueblo de Israel al reconocerse débil y frágil, alguien que ha fallado y anhela retomar nuevamente la paz en su vida, de tal modo que pide la intercesión especial de María, para que a imitación suya Dios habite en él y le conceda la paz.

Tendremos de propósito en este día el valorar y redescubrir la grandeza de una vida llena de paz, de tal modo que, en el reconocimiento de mis carencias y el arrepentimiento de mis errores, sea capaz de ser portador de la paz a ejemplo de la Reina de la paz.

LECTURAS DEL QUINCENARIO

 

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 61, 9-11

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos, entre los pueblos. Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

 

SALMO RESPONSORIAL.

Del Salmo 84

R. El Señor anuncia la paz al pueblo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.” La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. R

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R

 

EVANGELIO

Del santo evangelio según san Lucas 2, 27-35

En aquel tiempo, Simeón, impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: —«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: —«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».

Comentarios

  1. Madre de g9racia y de misercordia gracias por llevarnos hacia Jesus nuestro señor

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