“Y HABITÓ EN NOSOTROS”

Evangelio del día - Lecturas del domingo, 5 de mayo de 2013

“Y HABITÓ EN(TRE) NOSOTROS” Jn 1,14


Después del aparente fracaso de Pablo y Bernabé en Antioquia, la situación no mejora para nuestros protagonistas al inicio de la primera lectura. Llegan a Iconio y ahí nuevamente predican a los judíos en la sinagoga y al igual que en Antioquia se divide la comunidad en dos; quienes están a favor de los apóstoles y quienes están a favor de los judíos. En medio de esta división se enteran de que querían apedrearlos y prosiguen su viaje a Listra. En este lugar se da un pasaje muy pintoresco y hasta cierto punto gracioso y anecdótico.

En Listra ya no se dirigen a los judíos, sino que se presenta el primer anuncio a un público netamente pagano politeísta. Este discurso tiene como origen la curación que hace Pablo de un hombre tullido. Mientras que Pedro en Jerusalén había despertado la gloria a Dios al curar al paralitico; aquí se da una reacción totalmente opuesta a la intención que buscaban los misioneros. Al hacer ese milagro no buscaban la gloria o la fama para ellos, sino que querían despertar el interés en los espectadores por el único Dios verdadero; pero nada de eso pasa. Seguramente influenciados por las leyendas griegas en donde los dioses se disfrazaban de hombres y bajaban a convivir con los hombres, la comunidad se alegra porque creían que Pablo y Bernabé eran nada más y nada menos que Zeus (Júpiter) y Hermes (Mercurio). Llega a tanto la admiración del pueblo que querían ofrecer unos toros en sacrificio por tan gran visita y es aquí donde aparece el anuncio de Pablo, un anuncio que invita a dejar a los falsos dioses y venerar y honrar al único Dios que es Señor de todo cuanto existe.

Muchas veces esta escena que pudiera causarnos risa, se repite a diario en muchas de nuestras familias. Convertimos a personas, cosas o vicios en nuestros dioses, a ellos les ofrecemos nuestros sacrificios y los ponemos en el lugar de Dios. Como sacerdotes muchas veces corremos el riesgo de que nos conviertan en el centro de la fe y no es así. Como dice Pablo hoy: “somos hombres igual que ustedes”, pero muchas veces nos la creemos que somos nosotros los especiales, que somos nosotros los que hacemos los milagros y las cosas grandes y no es así. Es Dios el que actúa, es Dios el que cura, es Dios el que perdona y el que se hace presente, al igual que Pablo, solo somos instrumentos de Dios. Tengamos cuidado con no divinizar a alguien o algo. Fácilmente nos podemos acostumbrar al buen trato, pero no hemos venido a predicarnos a nosotros sino el Evangelio vivo que es Cristo.

Es ese Evangelio el que quiere hacer su morada entre nosotros, como nos lo dice hoy Jesús. El punto central del evangelio de estos últimos cuatro días está en el versículo 23 “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada”. Ayer les hablaba de que vamos de Camino hacia la casa del Padre y hoy Jesús nos simplifica nuevamente el viaje. No tenemos que esperar a la otra vida para disfrutar de la presencia de Dios. Bastan dos cosas para que este Dios Uno y Trino viva en nosotros. Aceptar y cumplir es igual a amar. Así de sencillo.

Muchas veces nos encontramos con personas que dicen vivir su fe sin ataduras y de una forma muy espontánea y libre; yo voy, yo hago, yo ayudo, yo perdono, yo le hablo, yo me confieso… cuando me nace. Eso es una emoción, una euforia pasajera, pero no es amor, san Pablo dice “El amor nunca terminará” (1 Co 13,8). Si decimos y deseamos amar a Dios, no es cuando nos nace o cuando traemos ganas; es siempre. Así como Él quiere vivir en nosotros para siempre, porque el si nos ama de verdad.

El pueblo judío en todo el Antiguo Testamento buscó el tener un lugar en donde viviera Dios en medio de ellos, hoy nosotros sabemos que no tenemos que ir muy lejos para encontrarnos con Dios, si lo amamos Él vive en nosotros.

LECTURAS DEL LUNES V DE PASCUA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 5-18

En aquellos días, los paganos y los judíos de Iconio, apoyados por las autoridades, comenzaron a agitarse con la intención de maltratar y apedrear a Pablo y a Bernabé. Pero ellos se dieron cuenta de la situación y huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y predicaron el Evangelio en toda la región.
Había en Listra un hombre tullido de los pies desde su nacimiento que se pasaba la vida sentado y nunca había podido andar. El tullido escuchaba el discurso de Pablo, y éste, mirándolo fijamente, advirtió que aquel hombre tenía fe suficiente como para ser curado, y le ordenó en voz alta: "Levántate y ponte derecho sobre tus pies". De un salto el hombre se puso en pie y comenzó a caminar. Cuando la gente vio lo que Pablo había hecho, empezaron a gritar en la lengua de Licaonia: "¡Dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos!". Decían que Bernabé era el dios Júpiter y Pablo el dios Mercurio, porque éste era el que hablaba.
El sacerdote del templo de Júpiter, situado a la entrada de la ciudad, llevó a las puertas unos toros adornados con guirnaldas, y junto con la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. Al darse cuenta de todo esto, los apóstoles Bernabé y Pablo se rasgaron las vestiduras e irrumpieron por entre la multitud, gritando:
"Ciudadanos, ¿por qué hacen semejante cosa? Nosotros somos hombres mortales, lo mismo que ustedes. Les predicamos el Evangelio que los hará dejar los falsos dioses y convertirse al Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo cuanto contienen. En épocas pasadas, Dios dejó que cada pueblo siguiera su camino, aunque siempre se dio a conocer por sus beneficios, mandando la lluvia y la cosecha a su tiempo, dándoles así comida y alegría en abundancia". Y diciendo estas palabras, consiguieron impedir, a duras penas, que la multitud les ofreciera un sacrificio. 

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 113 B 1-2.3-4.15-16.
R/. Que todos te alaben sólo a ti, Señor. Aleluya.
No por nosotros, Señor, no por nosotros, sino por ti mismo, manifiesta tu grandeza, porque eres fiel y bondadoso. Que no nos pregunten los paganos: "¿Dónde está el Dios de Israel?". R/.
Nuestro Dios está en el cielo y él ha hecho todo lo que quiso. En cambio, los ídolos de los paganos son oro y plata, son dioses hechos por artesanos. R/.
Que los llene de bendiciones el Señor, que hizo el cielo y la tierra. El Señor se ha reservado para sí el cielo y a los hombres les ha entregado la tierra. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 21-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".
Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): "Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?". Le respondió Jesús: "El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho". 

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