PAZ SIN TRANQUILIDAD
La Iglesia desde sus
primeros días ha tenido muy pocos momentos de tranquilidad, ha tenido que
aprender a caminar en medio de persecuciones, en medio de opositores y amenazas.
Aun cuando aparentemente no había persecuciones, al interior de la Iglesia han
surgido divisiones y conflictos en el modo de interpretar la fe. Los que quizá no
somos tan viejos, pero tampoco tan jóvenes; en los últimos 20 años hemos visto
como se le ha señalado y acusado por cuestiones de toda índole, moral, económicos,
doctrinales, etc. No hay momentos de tranquilidad, pero si hay momentos de paz.
La primera lectura
de este día nos presenta el final del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé,
posiblemente estaremos entre el año 46 y 48 de nuestra era, y es en esta
naciente Iglesia donde Pablo ha pasado de ser un perseguidor que no daba tregua
a los cristianos a convertirse en el enemigo numero uno de un buen numero de judíos;
incluso tiene su club de “haters”, que se dedican a ir por donde el va pasando
para poner en contra a las comunidades. Hoy escuchamos que lo apedrean hasta
darlo por muerto; pero nada de esto lo detiene a seguir adelante. No hay
tranquilidad para los que llevan el evangelio, siempre se convertirán en escandalo
para los que los escuchan.
Con mucha razón Jesús
dice en el evangelio de hoy “La paz les dejo, mi paz les doy. No se la
doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden”. Nos deja
la paz de Dios, que no es la tranquilidad y la comodidad del mundo.
A menudo hablamos de
que hemos vivido años de paz por el simple hecho de no haber tenido guerras. Se
relaciona la paz, con la ausencia de guerra o de conflictos, pero la paz de Cristo
es diferente. La paz de Cristo es presencia de Dios. Por eso, aunque Pablo fue
apedreado, expulsado, difamado, confundido con dioses paganos, etc., el sigue
con esta paz y esta alegría que no son otra cosa sino la presencia real y
verdadera de Dios. Esa es la paz que Cristo que nos viene a traer.
Dios no nos quita
las penurias y dificultades de la vida, sino que nos advierte con anticipación para
que cuando todo eso pase “No pierdan la paz ni se acobarden”. No
hay que acobardarse y hacerse a un lado, sino seguir adelante como Pablo; que
lejos de desanimarse de los resultados obtenidos en este primer viaje, llega
contento y contando las maravillas que Dios ha hecho por medio de ellos. Es de
Dios la Iglesia y el la lleva por donde quiere; solamente nos pide no desanimarnos,
perseverar y llenar nuestras vidas, nuestras familias y nuestra sociedad de Él.
Tenemos que llenarnos de la paz de Cristo, la única que es capaz de hacernos
seguir adelante, aunque el rio vaya en nuestra contra.
LECTURAS
DEL MARTES V DE PASCUA
Del libro de los
Hechos de los Apóstoles: 14,19-28
En aquellos días,
llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y de Iconio, unos judíos, que se
ganaron a la multitud y apedrearon a Pablo; lo dieron por muerto y lo
arrastraron fuera de la ciudad. Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo se
levantó y regresó a la ciudad. Pero al día siguiente, salió con Bernabé hacia
Derbe.
Después de predicar
el Evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a
Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a
perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones
para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con
oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron
a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la
gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron
a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo
les había abierto a los paganos las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante
tiempo con los discípulos.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo 144,
10-11. 12-13ab. 21.
R/. Bendigamos al
Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben,
Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la
gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los
hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es
para siempre y tu imperio, para todas las generaciones. R/.
Que mis labios
alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan ahora y para siempre. R/.
EVANGELIO
Del santo
Evangelio según san Juan: 14, 27-31
n aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy. No se la
doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir:
'Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amarán, se alegrarían de que me vaya al
Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que
suceda, para que cuando suceda, crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado".
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