EL DIOS DESCONOCIDO
Después de sufrir prisión
y azotes en Filipos, Pablo y Silas salen de aquella comunidad después de aquel
altercado. Curiosamente en las siguientes dos comunidades, Tesalónica y Berea,
la suerte es la misma, salen expulsado y una vez más su club de “haters” de Tesalónica
hace que lo expulsen de Berea y así llega hoy a Atenas.
El día de hoy
escuchamos uno de los mejores discursos, en cuanto a nivel de retórica, de todo
el Nuevo Testamento. Estructuralmente es una auténtica joya, llama la atención de
los atenienses y los va fascinando al hablarles de aquel “Dios desconocido”,
pero curiosamente el resultado no es para nada el esperado, en cuanto a la respuesta
de los oyentes a aceptar el evangelio. Pablo al hablarles de la resurrección,
pierde por completo a sus oyentes y el interés de ellos por saber más de lo que
les hablaba.
Podemos entender
este rechazo al ver el contexto cultural de los griegos en aquel tiempo; ya que
estaban sumamente influenciados por la filosofía platónica, la cual hablaba de
que “el cuerpo es la cárcel del alma”. Para el griego el vivir era algo
inevitable, pero al morir se daba esta separación que daba autentica libertad
al alma. Es por eso que en cuanto ellos escuchan la palabra resurrección rechazan
de forma categórica a Pablo y su mensaje; ya que lo que querían era librarse
del cuerpo y no pasar una eternidad a su lado.
Claro que todo esto
nos ayuda a entender el poco éxito de Pablo en Atenas, pero no se nos debe
olvidar que no todo depende de la preparación, ni de la retórica, Dios se
convierte en el principal agente de la evangelización. Se ocupan laicos,
religiosos y sacerdotes bien preparados, pero si el principal evangelizador no
es Dios, poco podremos hacer para bajar el evangelio al corazón de nuestros oyentes
y lectores.
Esto es lo que
escuchamos en el evangelio de hoy. Ante este quinto anuncio del Paráclito, Jesús
nos hace una vez más esta promesa de este Espíritu que mejorará, que nos
recordará, que nos capacitará para seguir con nuestra misión evangelizadora. Se
ocupa de la parte humana, es verdad, pero la guía y el fruto no son de nosotros,
son obra de Dios que nos sigue acompañando.
LECTURAS
DEL MIÉRCOLES VI DE PASCUA
Del libro de los
Hechos de los Apóstoles: 17, 15-16.
22-18, 1
En aquellos días,
los cristianos que ayudaron a Pablo a escapar de Berea, lo llevaron hasta la ciudad
de Atenas. Pablo los envió de regreso con la orden de que Silas y Timoteo
fueran a reunirse con él cuanto antes.
Un día, mientras los
esperaba en Atenas, Pablo sentía que la indignación se apoderaba de él, al
contemplar la ciudad llena de ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y
dijo:
"Atenienses:
Por lo que veo, ustedes son en extremo religiosos. Al recorrer la ciudad y
contemplar sus monumentos, encontré un altar con esta inscripción: 'Al Dios
desconocido'. Pues bien, yo vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes veneran
sin conocerlo.
El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en él, siendo el Señor del cielo y
de la tierra, no habita en templos hechos por hombres, ni es servido por mano
de hombres, como si necesitara de algo o de alguien; porque él es quien da a
todos la vida, el aliento y cuanto tienen.
De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara toda la tierra,
determinó las épocas de su historia y estableció los límites de sus
territorios. Dios quería que lo buscaran a él y que lo encontraran, aunque
fuera a tientas, pues en realidad no está lejos de nosotros, ya que en él
vivimos, nos movemos y somos. Como lo ha dicho alguno de los poetas de ustedes:
'Somos de su mismo linaje'.
Por lo tanto, si
somos linaje de Dios, no debemos pensar que Dios es como una imagen de oro,
plata o mármol, labrada artísticamente por los hombres según su imaginación.
Dios no tomó en cuenta la ignorancia de la gente en tiempos pasados, pues ahora
quiere que todos los hombres se conviertan, porque tiene determinado un día en
el cual ha de juzgar al universo con justicia, por medio de un hombre designado
por él, y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los
muertos".
Al oír hablar de la
resurrección de los muertos, algunos se burlaron y otros dijeron: "De esto
te oiremos hablar en otra ocasión". Entonces Pablo se retiró. Sin embargo,
algunos se adhirieron a él y creyeron. Entre ellos se contaban Dionisio, el
areopagita; una mujer, que se llamaba Dámaris, y algunos más. Después de esto,
Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo
148,1-2.11-12.13.14.
R/. La gloria del
Señor sobrepasa cielo y tierra. Aleluya.
Alaben al Señor en
las alturas, alábenlo en el cielo; que alaben al Señor todos sus ángeles, celestiales
ejércitos. R/.
Reyes y pueblos
todos de la tierra, gobernantes y jueces de este mundo; hombres, mujeres,
jóvenes y ancianos, alaben al Señor y denle culto. R/.
El nombre del Señor
alaben todos, pues su nombre es excelso, su gloria sobrepasa cielo y tierra y
ha hecho fuerte a su pueblo. R/.
Que alaben al Señor
todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo que ha gozado siempre de
familiaridad con él. R/.
EVANGELIO
Del santo
Evangelio según san Juan: 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".
Señor Dios ayudanos a entenderte. Para poder alabarte eternamente. Por nuestro Seños Jesucristo
ResponderBorrarAmen