ADVERSIDAD NO, PROSPERIDAD SÍ

Nos encontramos con un escenario adverso en la primera lectura. Una vez que Esteban es martirizado, la Iglesia de Jerusalén sufre una persecución que hace que se dé una huida de una parte de la comunidad. Ante este panorama tan hostil podríamos creer que la solución más fácil pudo haber sido renunciar a este nuevo modo de vivir y regresar a sus antiguas vidas y seguir de una forma más cómoda y sobre todo sin ser perseguidos. Sí Gamaliel hubiera tenido razón al afirmar que si era obra de los hombres se acabaría, en este punto se habría terminado la Iglesia; pero no es así. Se nos presenta a una Iglesia asistida y guiada por el Espíritu Santo y este Espíritu hace sacar frutos de los árboles secos. De la persecución en Jerusalén sale una primavera en las regiones de Samaria y Judea.

Es cierto que hay gente que rechaza el evangelio, no lo podemos negar. Pero donde un hombre cierra su corazón Dios abre un ciento o un millar de corazones a su amor. Esta es la experiencia de Felipe, sale perseguido de Jerusalén y se encuentra en Samaria con una comunidad bien dispuesta, que escucha, cree y se abandona al Amor de Dios.

Este momento de nuestra historia es un momento adverso en todos los sentidos; de fe, político, económico, humano, social, etc. No lo podemos ni debemos negarlo, son tiempos difíciles. Y ante este momento podemos tomar dos posturas. Primero, afrontarlo con desanimo y sentirnos las personas mas desdichadas por estar confinadas y no poder hacer nuestras actividades de forma ordinaria. O podemos afrontar esta adversidad y verla con ojos de fe; sentir que el Espíritu nos asiste y nos guía para prosperar y crecer en nuestra fe, en nuestras convicciones, en nuestra familia, en nuestra sociedad y como personas. San Lucas no nos dice de deserciones en esta persecución, pero conociendo el corazón humano quizá más de uno prefirió la comodidad a empezar a moverse guiado por el Espíritu. Nosotros también podemos seguir sentados quejándonos o empezar a dar fruto en medio de la adversidad.

El evangelio de este día nos invita a hacer la voluntad del Padre. Cada que comulgamos nos hacemos uno con Dios y con los demás hermanos. No es solo un acto administrativo o un protocolo ritual. Debemos de caer en la cuenta de que comulgar es hacernos uno con Dios y parecernos mas a Dios en la caridad, el amor y el perdón. Por eso Jesús nos dice hoy “La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día.” Al comulgar debemos convertirnos en reflejos de Cristo, para que las personas cuando nos vean, vean al Hijo y crean en Él, para que así tengan vida eterna y resucitemos en el ultimo día.

¡Que gran compromiso tomamos en nuestra boca al comulgar! Nada mas y nada menos que reflejar a Cristo en nuestra vida diaria.

LECTURAS MIÉRCOLES III DE PASCUA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 8, 1-8

El mismo día de la muerte de Esteban, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén, y todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y por Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Entre tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia: entraba en las casas para llevarse a hombres y mujeres y meterlos en la cárcel.

Los que se habían dispersado, al pasar de un lugar a otro, iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba ahí a Cristo. La multitud escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los milagros que hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos, lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados. Esto despertó gran alegría en aquella ciudad.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a.

R/. Las obras del Señor son admirables. Aleluya.

Que aclame al Señor toda la tierra. Celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable". R/.

Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.

Él transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: el Señor es eterno y poderoso. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 35-40

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día".