A DIOS NO LO PODEMOS ENGAÑAR


Personas especialistas en el arte de aparentar - Psicología Mens Sana

Retomamos las lecturas del tiempo pascual y no necesitamos grandes contextos para entender las lecturas de este día. Los textos que se omitieron por la fiesta san Marcos son: del libro de los hechos de los apóstoles la elección de los siete varones (diáconos) para la atención de las viudas y la caridad (Hch 6, 1-7) y del evangelio de san Juan (Jn 6, 17-21) es la travesía del lago hacia Cafarnaúm en donde Jesús camina sobre las aguas en medio de la tormenta. Una vez dicho esto podemos entender los textos de este día.

Inmediatamente después del relato de la elección de aquellos siete varones se nos narra la labor evangelizadora de Esteban. Inicia en donde humanamente uno creería que no tendría tanto conflicto, en una sinagoga de judíos no tan radicales. Gran sorpresa nos llevamos ya que incluso para ellos, lo que les plantea Esteban, es escandalizador. Ante su impotencia por no poder refutarlo recurren a las difamaciones. Esteban no se acobarda, ni renuncia a la misión que ha asumido.  La suerte del Maestro es la suerte de los discípulos, y este diacono, al igual que Jesús acepta las difamaciones, pero no sin antes anunciar esta buena nueva de salvación universal.

El evangelio de hoy, nuevamente nos confronta. Se nos presenta a una multitud que busca a Jesús de una forma casi desesperada. Van de un lado a otro y no cesan hasta que lo encuentran. Hasta aquí todo correcto, incluso se nos podrían presentar como una muchedumbre modelo que no escatima en recursos al buscar a Dios; pero a Dios no lo podemos engañar, “Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia. El Señor ve el corazón” (1 Sam 16,7). Jesús no se deja sorprende sabe cuáles son sus intenciones y se los hace ver “Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse.”

Ante este descalabro Jesús no pierde la esperanza de que entiendan el signo de la multiplicación de los panes. No están enfrente de un Dios asistencialista y milagrero que se dedica exclusivamente a hacer milagros llamativos para ganar adeptos y cumplir su misión. Nada de eso. Como con Nicodemo Jesús los invita a que vean más allá, que no se dejen llevar por lo llamativo y apantallante.

Dios es el mejor pedagogo y les hace ver que hay un alimento que es igual de necesario que el pan material. Jesús no demerita el esfuerzo que hacemos por llevar el sustento a nuestra boca, sino que nos invita a hacer un esfuerzo aun superior por ese alimento que nutre el alma.

Durante esta semana reflexionaremos y oraremos este discurso del pan de vida que hoy comenzamos.

En este tiempo de confinamiento será el mejor momento para conocer y valorar tan preciado alimento del cual ahora se nos priva por la contingencia, pero ojalá que, al conocerlo más, lo valoremos y que el día de mañana que podamos recibirlo lo hagamos de una forma consciente y viva.

Que estos días nos sirvan para hacer vida el siguiente dicho: “Solo se valora lo que se conoce y solo se protege lo que se valora”.



LECTURAS LUNES III DE PASCUA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 6, 8-15

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada "de los Libertos", procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba.
Entonces sobornaron a algunos hombres para que dijeran: "Nosotros hemos oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra Dios".
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; cayeron sobre Esteban, se apoderaron de él por sorpresa y lo llevaron ante el sanedrín. Allí presentaron testigos falsos, que dijeron: "Este hombre no deja de hablar contra el lugar santo del templo y contra la ley. Lo hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el lugar santo y a cambiar las tradiciones que recibimos de Moisés".
Los miembros del sanedrín miraron a Esteban y su rostro les pareció tan imponente como el de un ángel.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118,23-24.26-27.29-30.
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor. Aleluya.
Aunque los poderosos se burlen de mí, yo seguiré observando fielmente tu ley. Tus mandamientos, Señor, son mi alegría; ellos son también mis consejeros. R/.
Te conté mis necesidades y me escuchaste; enséñame, Señor, tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R/.
Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. He escogido el camino de la lealtad a tu voluntad y a tus mandamientos. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 22-29

Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?". Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?". Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado".

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