HACER SIEMPRE LO QUE A DIOS LE AGRADA
Es muy común que nos encontremos con “hermanos separados” que nos critican
por nuestra religiosidad y por ser idolatras por tener imágenes de Cristo, de
la Virgen y de los santos, incluso nos dicen de memoria el pasaje del Éxodo 20,
4 “No te harás una imagen, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo,
abajo en la tierra o en el agua bajo tierra.” Pero al escuchar la primera
lectura del día de hoy nos encontramos con que ese mismo Dios le ordena al
mismo Moisés, que le había dicho que prohibiera hacer imágenes, le pide que haga
una imagen de una serpiente. ¿Tan pronto Dios se ha contradicho? ¿Acaso las imágenes
tienen poderes sobrenaturales?
Podríamos convertir esta reflexión en una clase de apologética, pero
no es la finalidad. Bástenos tener muy claro que Dios efectivamente nos prohíbe
la adoración de otros dioses, llámesele fama, dinero, placeres, trabajo, etc. Nuestro
corazón debe de estar libre por completo para amar a Dios y el lugar que le
corresponde a Él no puede ser ocupado por nada, ni nadie más.
Después de leer ese pasaje del libro de los números no creo que nadie
sea capaz de afirmar que la serpiente de bronce que hizo Moisés era la que
curaba a los israelitas del veneno de las serpientes. Considero que todos deduciremos
que la curación venia de parte de Dios y no de un pedazo de metal. Traducido esto a católicos del siglo XXI… no
nos salva la medalla de san Benito que traigo en la pulsera, no es el san
Juditas que traigo en el cuello el que me librará de las acechanzas del
maligno, no es el rosario en el retrovisor el que me cuidará de mis
imprudencias al manejar. Será el compromiso sincero que haga por alejarme de
las tentaciones para no caer en los engaños del maligno, será la intercesión de
san Judas o de la Virgen o de algún santo delante de Dios la que me conceda
alguna gracia divina. No podemos caer en una religión de recetas mágicas. Cada día
es más común ver elementos de superstición mezclados con objetos religiosos. Vemos
herraduras con la virgen de san Juan adentro, ojos de venado en pulseras rojas
y con medallas de san Benito, etc. Purifiquemos nuestra fe.
Hoy el evangelio nos llama a purificar nuestra fe. Debemos ver a Jesús
como ese enviado e Hijo de Dios. Jesús se presenta con el nombre de Dios que
traducido al español es “YO SOY”. Se presenta con toda franqueza como Dios,
pero como el pueblo de Israel en la primera lectura, murmuran contra Él y son
incapaces de reconocerlo como Dios. Esta escena se repite frecuentemente en
nuestras vidas cuando somos incapaces de dejar nuestras cosas de “aquí abajo”,
por alcanzar las de “allá arriba”. Mientras no tomemos conciencia de que creer
en Dios no es solo en las victorias y en los momentos de felicidad, sino que esta
fe me compromete hasta reconocerlo en la cruz y en los momentos malos;
seguiremos murmurando de Él, cuando él no nos esconde su misión ni su plan
redentor. Ojalá que como Cristo en el evangelio nosotros también pudiéramos decir
de nuestro modo de obrar como Él… “yo hago siempre lo que a él le agrada”.
Del libro de los Números: 21, 4-9
En aquellos días, los hebreos salieron del monte Hor en dirección al
Mar Rojo, para rodear el territorio de Edom; pero por el camino, el pueblo se
impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: "¿Para qué nos
sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua
y ya estamos hastiados de esta miserable comida".
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los
mordían, y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo:
"Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que
aparte de nosotros las serpientes". Moisés rogó al Señor por el pueblo y
el Señor le respondió: "Haz una serpiente como ésas y levántala en un
palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas,
vivirá". Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si
alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 101,2-3.16-18.19-21.
R/. Señor, escucha mi plegaria.
Señor, escucha mi plegaria; que a tu presencia lleguen mis clamores.
El día de la desgracia, Señor, no me abandones. Cuando te invoque, escúchame y
enseguida respóndeme. R/.
Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el
clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces al Señor
temerán todos los pueblos y su gloria verán los poderosos. R/.
Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo,
porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo,
para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 21-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo me voy y ustedes me
buscarán, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden
venir". Dijeron entonces los judíos: "¿Estará pensando en suicidarse
y por eso nos dice: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'?". Pero
Jesús añadió: "Ustedes son de aquí abajo y yo soy de allá arriba; ustedes
son de este mundo, yo no soy de este mundo. Se lo acabo de decir: morirán en
sus pecados, porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados".
Los judíos le preguntaron: "Entonces ¿quién eres tú?". Jesús
les respondió: "Precisamente eso que les estoy diciendo. Mucho es lo que
tengo que decir de ustedes y mucho que condenar. El que me ha enviado es veraz
y lo que yo le he oído decir a él es lo que digo al mundo". Ellos no
comprendieron que hablaba del Padre.
Jesús prosiguió: "Cuando hayan levantado al Hijo del hombre,
entonces conocerán que Yo Soy y que no hago nada por mi cuenta; lo que el Padre
me enseñó, eso digo. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo,
porque yo hago siempre lo que a él le agrada". Después de decir estas
palabras, muchos creyeron en él.
Asi es tener un rosario o mi cruz no es que yo crea en la imagen. Es la imagen al mirarla que recuerdo quien me ama y da todo por mii.
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